EL SENTIDO COMÚN

El sentido común es una mezcla de coherencia, sabiduría y discreción al actuar de acuerdo a la voluntad soberana y perfecta de Dios Padre.

La Biblia es como esa brújula, que nos guía y nos orienta en nuestro diario vivir, cuando seguimos los consejos que Dios nos da a través de su Palabra, entonces tomamos decisiones correctas y acertadas.

El sentido común nos ayuda a conducirnos adecuadamente en nuestro diario vivir, partiendo de lo que aprendimos en nuestra infancia y a lo largo de nuestra vida, de nuestro entorno social o de nuestras vivencias y experiencias tanto propias como ajenas.

Para usar el sentido común no necesitamos grandes enseñanzas, conceptos o tesis, simplemente debemos confiar y dejarnos guiar por el Espíritu Santo de Dios. El sentido común es como ese instrumento que Dios nos ha dado, útil y valioso para que sepamos cómo comportarnos en este mundo y así alargar nuestros días viviendo sabiamente y con seguridad.

Muchas malas decisiones, desengaños, fracasos, frustraciones, momentos embarazosos y hasta circunstancias trágicas, podríamos evitar o mitigar, si tan solo consideramos previamente nuestras decisiones, a la luz del sentido común.

El sentido común es definido así, por el diccionario de la Universidad de Cambridge: “El nivel básico de conocimiento práctico y de juicio que todos necesitamos para ayudarnos a vivir de una manera razonable y segura”.

Veamos un ejemplo a través de las escrituras en el libro de Jeremías.

“Aun la cigüeña en el cielo
Conoce sus estaciones,
Y la tórtola, la golondrina y la grulla
Guardan la época de sus migraciones;
Pero Mi pueblo no conoce
La ordenanza del Señor”
(
Jeremías 8:7)

Las aves que Jeremías menciona en el texto gozan de un excelente sentido común. Son aves migratorias, que, por razones todavía desconocidas por la ciencia, saben con exactitud cuándo migrar antes que el clima se vuelva inclemente y perezcan por frío y falta de alimentos.

No hay tórtola o grulla que, por terquedad o flojera, no quiera emprender el largo y sacrificado viaje en busca de mejores climas y alimentos. Por el contrario, Jeremías señala que no todos los seres humanos actuamos con esa misma agudeza y criterio.

Hay personas a las que parece que se les ha descompuesto su sentido común. Van de problema en problema, de error en error. Parece como si tuvieran un imán que atrae todo tipo de desastre y los caminos equivocados. Creo que esas personas han estropeado los instrumentos espirituales de navegación por la vida.

 

La Nueva Traducción Viviente nos habla con claridad de este maravilloso don:

  • Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos (Proverbios 3:21)

  • Vi a unos muchachos ingenuos; a uno en particular que le faltaba sentido común (Proverbios 7:7)

  • El sentido común y el éxito me pertenecen. La fuerza y la inteligencia son mías (Proverbios 8:14)

  • Las palabras sabias provienen de los labios de la gente con entendimiento, pero a los que les falta sentido común, serán castigados con vara (Proverbios 10:13)

  • Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común (Proverbios 10:21)

  • El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común (Proverbios 12:11)

  • La gente poco amistosa sólo se preocupa de sí misma; se opone al sentido común (Proverbios 18:1)

  • La persona que se aparta del sentido común terminará en compañía de los muertos (Proverbios 21:16)

  • Pasé por el campo de un perezoso, por el viñedo de uno que carece de sentido común (Proverbios 24:30)

  • Soy demasiado torpe para ser humano y me falta el sentido común (Proverbios 30:2)

  • Hasta los impulsivos estarán llenos de sentido común y de entendimiento; y los que tartamudean hablarán con claridad (Isaías 32:4)

  • Escucha, gente necia y sin sentido común, que tiene ojos que no ven, y oídos que no oyen (Jeremías 5:21)

 

Debemos como hijos de Dios dar uso al sentido común que Él nos ha dado, pues todo lo que proviene de Él es bueno y nos lo da para que vivamos mejor y correctamente.

Es, por tanto, imprescindible el compromiso consciente de nuestra voluntad, en aras de practicar habitualmente este don precioso que nos hace transitar con mucha seguridad y tranquilidad dentro del sendero correcto.

Carmen Teresa Hernández

Directora y profesora de Biblia y Teología en el Instituto Bíblico de Bournemouth-Inglaterra. Egresada del Instituto Bíblico IBIC y Global University de las islas Canarias.

Junto a mi esposo el Pastor Walter Zambrano llevamos la hermosa obra Casa del Alfarero para la Gloria de Dios.

Anterior
Anterior

REALMENTE HAS NACIDO DE NUEVO

Siguiente
Siguiente

SEÑOR ENSEÑANOS A ORAR